Buenos Hábitos

Buenos Hábitos

¿Qué son los buenos hábitos? ¿Costumbres que nos hacen sentir bien? ¿Rutinas saludables? ¿Las cosas que hacemos habitualmente y nos facilitan la vida?

Porque si son las costumbres que nos hacen sentir bien, podemos estar hablando de lo bueno que es hacer una maratón de nuestra serie favorita durante todo el fin de semana.

O si nos referimos a lo que nos hace la vida más fácil, podemos considerar como un buen hábito el darle el móvil al hijo para que deje de molestar cuando hablamos con las amigas.

Pero todos sabemos que con buenos hábitos me refiero a la práctica habitual de acciones que benefician a nuestra salud, a nivel físico, psíquico y emocional. Poca cosa, ¡vamos!

Conseguir implantar en mi vida esos buenos hábitos fue otra de mis razones para introducirme en las redes sociales. Ya que espero que me sirvan para conseguir constancia, fuerza de voluntad, motivación, inspiración… Todo lo que se necesita para crear unas rutinas sanas.

Porque malos hábitos, entiéndanse como poco saludables, ya tengo. Es que ¡son tan fáciles de conseguir! Y no es porque seamos más o menos vagos e indisciplinados, simplemente es así por supervivencia.

No es para justificarnos. Pero es cierto que nuestro cerebro produce un neurotransmisor, la dopamina, que influye en nuestro comportamiento, motivación y recompensa. Se segrega ante algunas acciones que necesitamos para sobrevivir, y así, hacerlas placenteras, como es comer, tener sexo, etc.

En consecuencia, si mediante una acción recibimos una recompensa, una sensación de placer, nuestro cerebro rápidamente las asocia. Es decir, cuando éramos bebés y nos dieron a probar el azúcar, ¡la dopamina nos fastidió el tipín para el resto de nuestros veranos!

Además, no solo hace que ciertos actos nos proporcionen placer, sino que también nos refuerza en la motivación de realizarlos. Así que es muy simple para nosotros el repetir acciones con las que vamos a conseguir recompensas inmediatas. ¿No es más cómodo quedarse en el sofá tras el trabajo, que salir a correr? ¿Por qué, tras el primero, no podemos parar de comer ganchitos? ¿A que apetece mucho más un dulce, que un zumo de apio? ¿Y qué me decís de ver la tele en lugar de estudiar?

Los malos hábitos están causados porque nos proporcionan una recompensa inmediata (el sabor dulce del pastel lo obtenemos en seguida tras comerlo), mientras que el daño se demora en el tiempo (el sobrepeso, caries o incluso diabetes, aparecen mucho más tarde).

Sin embargo, con los buenos hábitos suele ocurrir lo contrario, la gratificación normalmente no la recibimos de forma tan rápida (tener un cuerpo tonificado), y sí el perjuicio (machacarnos en el gimnasio).

Pero no os sintáis culpables, nos pasa a todos. Aunque a las personas impulsivas, todavía más. No es por desanimar, pero nos es más difícil resistirnos a las tentaciones de un premio rápido y sencillo de conseguir.

No obstante, como todo en esta vida, tiene solución. Se puede cambiar. Podemos llegar a conseguir implementar buenos hábitos. Para ello existen métodos que nos pueden ayudar a lograrlo. Mi intención es que los vayamos viendo ConSuzet y, lo que es más importante, los llevemos a la práctica y comprobemos si funcionan. ¿Te apuntas?

3 Comentarios

    • admin

      Gracias, Miguel. Iré intercalando entradas de esta temática con otras de otro tipo, e intentaré hacer un seguimiento más continuo por Instagram, así que me tendrás que seguir por todos los sitios! Jajaja.

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