Parálisis por Análisis

Hace poco descubrí que algo que me ha pasado muchas veces, querer llevar a cabo alguna empresa, proyecto o idea, y después de darle mil vueltas al asunto, abandonarlo al final sin siquiera haberlo empezado, tiene un nombre bastante molón: parálisis por análisis.

Puede que nos pase más a un tipo de personas que a otro, pero para los que nos pasa debemos saber que todo se puede cambiar. Nosotros podemos cambiar, es más, creo que es bueno el cambio. “Si no te mueves, caducas”, antiguo eslogan que viene a decir eso y que me repito de vez en cuando, porque me motiva y también, en ocasiones, me justifica ante mí misma.

Como ejemplo puedo poner este blog: tras decidir crearlo y ponerme a buscar información sobre cómo hacerlo, encontré tanta que me bloqueó. Había tanto que aprender y decidir: que si mejor un .com que un .es, pero también puede ser un .net, que si comprar el dominio en tal sitio, o en tal otro, que si aquí dicen que este tiene más características, que si wordpress.com o wordpress.org,  ¿esto cómo se utiliza? ¿Y cómo lo personalizarlo? ¿Qué plantilla escoger?.. ¡Arghhh! Tuve que pararme en varias ocasiones, porque simplemente no podía decidir. Esto precisamente es la parálisis por análisis.

No solo influye el tener demasiada información, también se le puede añadir lo más o menos perfeccionistas que seamos cada uno. Yo lo soy bastante en algunos aspectos de mi vida y en otros, incomprensiblemente, no lo soy en absoluto. Pero claro, el blog es un proyecto público, que lo va a poder ver mi familia y amigos, además de alguna que otra personita especial que se pase por aquí, así que quería, y quiero, hacerlo lo mejor posible, así que no podía empezarlo de cualquier manera, tenía que estar todo “perfecto”. Este perfeccionismo también puede llevar a la parálisis por análisis, ya que como nada es perfecto, podemos seguir eternamente mejorando “algo” que al final puede que no llegue a “nada”.

Otra buena ayuda que tiene esta inacción es el miedo al fracaso. Muchas veces pensamos tanto en todo lo que puede salir mal, en todos los posibles fallos, que este temor nos paraliza y no nos deja seguir. Debo decir, que igual que los dos anteriores factores sí tienen mucho peso en mí, este miedo al fracaso no tanto, soy optimista y también intento relativizar las cosas, ¿que sale algo mal? ¡Pues no es para tanto!

Esta situación nos puede producir otras consecuencias negativas como reducir nuestra autoestima. Puede que nos cambie la forma de apreciarnos nosotros mismos, llegar a considerarnos personas indecisas, incapaces de inclinarnos por ninguna de las distintas opciones que se nos ofrecen, lo que nos hará más inseguros ante cualquier duda que se nos presente en el día a día, y dependientes de otras personas que nos ayudan, o que incluso llegan a tomar las decisiones por nosotros.

Pero ¡basta ya de tanto teorizar, pasemos a la acción! En Consuzet no vamos a permitir que nada nos pare, ¡aquí no va a haber más parálisis por análisis! Así, que ¿qué podemos hacer para evitarla?

Podemos probar a:

• Reducir opciones
• Acotar la búsqueda de información, ceñirnos solo a lo más significativo
• Ponernos un límite de tiempo en la resolución de la decisión
• Estimar o cuantificar lo malo que podría pasar con las distintas opciones, considerar que aunque nos equivoquemos al tomar la decisión, tampoco será algo tan drástico, o irreversible
• Relativizar el problema
• Considerar si el tiempo que vamos a invertir en buscar la información y analizar las alternativas, es igual o mayor al beneficio que nos dará el proyecto que queremos realizar o la duda a resolver
• Rodearnos de personas que sean más prácticas y nos hagan emularlas
• Implementar el ensayo-error
• ¡¡Pasar a la acción!!

Así que pasemos a la acción, personitas especiales, hagamos nuestro plan de acción para luchar contra la parálisis por análisis. ¡Demos el salto! ¡Más hacer y menos analizar!